Allá por 1824 Juan y Guillermo Parish Robertson elevaron a Don Bernardino Rivadavia una propuesta para introducir inmigrantes con ansias de progreso, muy bien elegidos.
El 8 de Agosto de 1825 llega un contingente a Buenos Aires, en un barco llamado Symmetry que partió del puerto de Leith en Edimburgo Escocia. Su tripulación era de aproximadamente 220 colonos conformados por un agrónomo, ex director del Jardín Botánico de Edimburgo el Sr. Tweedie, dos agrimensores, un constructor, nueve albañiles, un herrero y cinco carpinteros, es decir recursos humanos requeridos para fundar el pueblo del que el Sr. Richard Adams seria el arquitecto. Una vez tocado puerto los colonos no tuvieron recepción alguna, de hecho empezaron a vagar por la zona de la ribera sin rumbo y los hermanos Parish Robertson sintieron que eran responsables de esta gente que lo único que buscaba era un futuro promisorio para sus familias. Fue así que adquirieron las estancias Santa Catalina, Monte Grande y La Laguna y asentaron en estas tierras a los inmigrantes, cabe destacar que el actual edificio de la Universidad de Lomas de Zamora formaba parte del casco de la Santa Catalina.
Esta gente llena de ganas de forjar un buen futuro, trabajó la tierra, y empezó a prosperar la producción, Se organizaron parcelas para el ganado y para la agricultura Los cercos divisorios eran ramas de talas. Se introdujo el sulky, se reemplazaron las carretas por carruajes más veloces y al buey por el caballo. Se implantó el arnés. Se inventó la primera máquina desmalezadora de nuestro país. Se fomentó la fruticultura, un solo granjero plantó en su predio 18.000 durazneros. Se creó el primer bosque artificial de la Argentina (Hoy monumento nacional) Se procedió a la clasificación científica de diversas plantas de nuestra región, creándose el grupo de tweediaseas en honor de Juan Tweedie. Aumentó la población de nuestra región, de 220 personas registradas en 1825 a 514 en 1828. Se fraccionó la tierra. Se creó la cremería. Se elaboraron quesos y la primera manteca en panes debidamente envasada, anteriormente se entregaba envuelta en restos de vejiga cosa que daba mal sabor y la gente desechaba. Fue record la producción de maíz en nuestra región. Se crió ganado vacuno y ovino. Se combatieron las plagas (Vizcachas, zorros, langostas, etc.) Se dio ocupación al peón y al paisano de nuestro país. Se hicieron zanjas y cercados. Se proveyó leña a la ciudad de Buenos Aires, de espinillo y tala. Se inició la crianza activa del cerdo. Se fabricaron ladrillos y se vendió el excedente. La colonia contó con ocho horneros especializados Se contó con numerosos granjeros avezados y personal especializado en diversos oficios.
Pero no todo fue positivo, se toparon con inconvenientes que no pudieron salvar como el idioma, la religión Su modo de ser, callados y retraídos. La situación económica de nuestro país. La renuncia de Rivadavia el 5 de junio de 1827, que era el apoyo. La guerra con el Brasil. El bandolerismo y los asesinatos. Los rozamientos entre unitarios y federales. La gran sequía que asoló los campos durante la gestión del coronel Manuel Dorrego. Las plagas. La dura aceptación de los productos de granja. La no aprobación de la ley de enfiteusis. La calidad de arrendatarios de los hermanos Parish Robertson y la imposibilidad de convertirse en propietarios de la tierra trabajada, tal como se había prometido.
Hacia el año 1829 la colonia llegó a su fin, los inmigrantes se dispersaron, muchos hacia el interior y otros a la capital. Los hermanos Juan y Guillermo Parish Robertson regresaron a su país en la absoluta quiebra, pero como todo lo que ellos tocaban terminaba convirtiéndose en oro, una vez en Inglaterra, escribieron "Cartas del Paraguay"1838/41 (tres volúmenes) y "Cartas de Sudamérica"1843 (tres volúmenes) con gran éxito ambas y volviendo a posicionarse económicamente.
El 8 de Agosto de 1825 llega un contingente a Buenos Aires, en un barco llamado Symmetry que partió del puerto de Leith en Edimburgo Escocia. Su tripulación era de aproximadamente 220 colonos conformados por un agrónomo, ex director del Jardín Botánico de Edimburgo el Sr. Tweedie, dos agrimensores, un constructor, nueve albañiles, un herrero y cinco carpinteros, es decir recursos humanos requeridos para fundar el pueblo del que el Sr. Richard Adams seria el arquitecto. Una vez tocado puerto los colonos no tuvieron recepción alguna, de hecho empezaron a vagar por la zona de la ribera sin rumbo y los hermanos Parish Robertson sintieron que eran responsables de esta gente que lo único que buscaba era un futuro promisorio para sus familias. Fue así que adquirieron las estancias Santa Catalina, Monte Grande y La Laguna y asentaron en estas tierras a los inmigrantes, cabe destacar que el actual edificio de la Universidad de Lomas de Zamora formaba parte del casco de la Santa Catalina.
Esta gente llena de ganas de forjar un buen futuro, trabajó la tierra, y empezó a prosperar la producción, Se organizaron parcelas para el ganado y para la agricultura Los cercos divisorios eran ramas de talas. Se introdujo el sulky, se reemplazaron las carretas por carruajes más veloces y al buey por el caballo. Se implantó el arnés. Se inventó la primera máquina desmalezadora de nuestro país. Se fomentó la fruticultura, un solo granjero plantó en su predio 18.000 durazneros. Se creó el primer bosque artificial de la Argentina (Hoy monumento nacional) Se procedió a la clasificación científica de diversas plantas de nuestra región, creándose el grupo de tweediaseas en honor de Juan Tweedie. Aumentó la población de nuestra región, de 220 personas registradas en 1825 a 514 en 1828. Se fraccionó la tierra. Se creó la cremería. Se elaboraron quesos y la primera manteca en panes debidamente envasada, anteriormente se entregaba envuelta en restos de vejiga cosa que daba mal sabor y la gente desechaba. Fue record la producción de maíz en nuestra región. Se crió ganado vacuno y ovino. Se combatieron las plagas (Vizcachas, zorros, langostas, etc.) Se dio ocupación al peón y al paisano de nuestro país. Se hicieron zanjas y cercados. Se proveyó leña a la ciudad de Buenos Aires, de espinillo y tala. Se inició la crianza activa del cerdo. Se fabricaron ladrillos y se vendió el excedente. La colonia contó con ocho horneros especializados Se contó con numerosos granjeros avezados y personal especializado en diversos oficios.
Pero no todo fue positivo, se toparon con inconvenientes que no pudieron salvar como el idioma, la religión Su modo de ser, callados y retraídos. La situación económica de nuestro país. La renuncia de Rivadavia el 5 de junio de 1827, que era el apoyo. La guerra con el Brasil. El bandolerismo y los asesinatos. Los rozamientos entre unitarios y federales. La gran sequía que asoló los campos durante la gestión del coronel Manuel Dorrego. Las plagas. La dura aceptación de los productos de granja. La no aprobación de la ley de enfiteusis. La calidad de arrendatarios de los hermanos Parish Robertson y la imposibilidad de convertirse en propietarios de la tierra trabajada, tal como se había prometido.
Hacia el año 1829 la colonia llegó a su fin, los inmigrantes se dispersaron, muchos hacia el interior y otros a la capital. Los hermanos Juan y Guillermo Parish Robertson regresaron a su país en la absoluta quiebra, pero como todo lo que ellos tocaban terminaba convirtiéndose en oro, una vez en Inglaterra, escribieron "Cartas del Paraguay"1838/41 (tres volúmenes) y "Cartas de Sudamérica"1843 (tres volúmenes) con gran éxito ambas y volviendo a posicionarse económicamente.
El escudo que aquí se muestra fue conseguido por Don Aníbal Cichero Pitré la parecer en una zona de escombros en Santa Catalina y lo puso sobre uno de los ventanales que daba a la calle en su mansión "La Zaida". Como todos sabemos hoy ya no pertenece a la familia dicha casona y tal escudo fue retirado sin aceptar que los nuevos dueños pagaran por él.
De esta forma recordamos a esos escoceses pioneros en nuestra zona y al pasar por la Universidad de Agronomía de Lomas de Zamora quizás veamos a partir de ahora ese edificio con otros ojos y esperemos que no se pierda algo tan lleno de historia.
De esta forma recordamos a esos escoceses pioneros en nuestra zona y al pasar por la Universidad de Agronomía de Lomas de Zamora quizás veamos a partir de ahora ese edificio con otros ojos y esperemos que no se pierda algo tan lleno de historia.
Tenemos historia y sabemos bastante poco. Gracias por este lugar.
ResponderEliminarMenos mal que se sabe poco porque tendriamos que sentir vergüenza. Enterrado en el corazón del monte de Santa Catalina todavía se encuentra en una situación de abandono total el cementerio de estos primeros colonos escoceses, lamentablemente bastante poblado a no gracias las victimas de la plaga que azotó la región y de las cuales el gobierno nacional de por aquel entonces no se hizo cargo, y ninguno de los subsiguientes, vamos a ser sinceros en este aspecto.
ResponderEliminarSinceramente no sabía que el monte de Santa Catalina fuera artificial, ni patrimonio nacional, si sabia que en las cercanias de donde hoy se encuentra el rectorado de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora se encontraba el primer y mas importante jardin botanico de america y en aquel momento del mundo. En el momento en que cayó en desuso debido a la falta de suministros tanto como la falta de dinero los semilleros quedaron abandonados y dichas semillas germinaron a la buena de dios y si, ahora el monte de Santa Catalina es una mezcla de especies autoctonas y otras tantas exoticas muchas de ellas extintas en sus paises de origen, es una maravilla pero no gracias al cuidado de alguien.